Hoy fue el acto de apertura de sobres. Esta vez no me tocó estar presente, porque estábamos con Guillermo en el estudio de La Marea, haciendo el programa. Ganaron el concurso estudiantes de Buenos Aires, de La Rioja, de Tucumán, de San Juan, etc.
Pero como todo el día giró en torno a los ganadores del concurso, y yo creo en serio que todos son ganadores, quiero centrarme en aquella persona que pese a todo siente que perdió.
Primero lo primero: está bien y es normal sentir frustración. Uno como organizador del concurso se entera de muchas cosas menudas que cuentan los participantes, y en estos 10 años de concursos sé que hay gente que no puede dormir la noche anterior a la apertura de sobres, otros sueñan, otros están nerviosos, otros desconectan el teléfono y otros -por suerte- se lo toman con mucha naturalidad. Y hasta hay gente que hasta se olvidó que mandó sus trabajos.
Siempre, siempre, siempre hay uno que siente que perdió, que se le escapó, que siente que hizo algo mal, que se frustra. Decía que eso es normal, pero esperemos que pase pronto la sensación, porque hay muchas palabras de consuelo que no viene mal decir:
1. Si viajaste a olta para el concurso, entonces ya sacaste algo positivo. Olta es un lugar hermoso, como no hay otro en el mundo. Y aprendiste que se puede vivir de una forma diferente.
2. Si tuviste la oportunidad de hacer un trabajo con amigos, mejor aun, todo tiempo compartido con amigos es una victoria en sí misma. El tiempo compartido con amigos no necesita de otra cosa para ser mejor. Es eso y basta. Y está bien.
3. Si bien el jurado tiene personalidades de mucho prestigio (siempre que lo veo a Pablo Martorelli le hago mil preguntas sobre trenes y no puedo entender como sabe tanto), la decisión no deja de ser arbitraria. El trabajo que no ganó igualmente puede ser presentado en olta con todos los laureles.
4. Pero sobre todo, el que siente que perdió, y que peor que eso, se siente perdedor, pues bueno ¡no se pueden ganar todos los concursos! Ya habrá otros, y la vida es un eterno devenir de enseñanzas y participar de este tipo de certámenes es una ayuda concreta para la Argentina.
En fin, unas pocas palabras para aquel que participó del concurso y ahora se siente mal. A salir con amigos, a disfrutar del día, a pensar en lo lindo de haber trabajado por amor y a no desesperar, que la vida siempre da lindas sorpresas. Sólo hay que saber esperar.
Seguimos en contacto. Un abrazo a todos.
J. C.
PD: Dolina tiene entre tantas pero tantas frases una muy buena: "El carácter inevitable de la derrota sólo desalienta a los cobardes".
