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martes, 29 de julio de 2008

Esperando mapas de Puelches

Mientras esperamos que desde el Concejo Deliberante de Puelches nos envíen algunos datos de catastro, loteo o mapas más precisos del lugar, aquí una imagen desde el google:

jueves, 10 de julio de 2008

Historia de Puelches



Su fundación (sacado de internet):

El pasado de un pueblo con mucha historia

Los Puelches habitaron la zona cordillerana de Valdivia y Osorno. Su nombre significa "gente del este". Eran cazadores-recolectores que en un principio se dedicaron a la recolección de alimentos, pero más tarde, con el uso de herramientas como las boleadoras -instrumento compuesto de 2 o 3 bolas de piedra forradas de cuero unidas por ramales a una anilla-, se transformaron en cazadores nómadas, llegando hasta el sector oriental de la cordillera de los Andes en busca de la caza del guanaco, base de su alimentación, vestuario y vivienda, al igual que todos los pueblos precordilleranos. Después de la llegada de los españoles usaron hábilmente el caballo en su vida diaria.

Llevaban una vida similar a la de los Tehuelches, aunque su alimentación era más rica por la mayor cantidad de animales y por la posibilidad de recolectar vegetales silvestres comestibles. Además, vivían cerca de otros pueblos agrícolas, como los Araucanos y Huilliches, a los cuales solían asaltar después de la cosecha para quitarles los alimentos.

Se les describe de menor estatura que los Araucanos. Se agrupaban en pequeñas bandas nómadas que en su desplazamiento llegaban, incluso, al lado argentino (zonas del sureste de La pampa, Río Negro y Neuquén). Vivían en pequeños toldos de maderas cubiertos con cuero de animal y se sabe que los entierros se realizaban depositando, junto al difunto, sus posesiones personales al interior de pequeñas cuevas construidas para ese fin.
Desconocían la cestería y la cerámica. También desconocían el tejido aunque adquirían mantas tejidas de los araucanos y españoles. Como adorno usaban aros metálicos grandes y collares de cuentas de piedra.
Sus viviendas eran el toldo de cuero, transportable, hecho con una serie de palos terminados en horqueta y dispuestos rectangularmente en el suelo, cubiertos con otros palos encima y el todo recubierto con cuero de caballo, con el pelo hacia fuera; por lo común tenían dos entradas, en direcciones contrapuestas. El trabajo del cuero se hacia con un raspador de piedra primero, y luego con un sobador de piedra áspera y porosa untándolo con grasa.
El vestido estaba constituido por pieles y se completaba con plumajes, tanto para hombres como para mujeres; además los hombres usaban una cubierta púbica de piel, de unos 20 cm de tamaño, atada con tres cuerdas; las mujeres usaban delantales que les cubrían desde las rodillas a la cintura. Se depilaban el cuerpo y las cejas. Se pintaban de rojo y negro tanto en las expediciones de guerra como en las ceremonias funerarias. Las mantas de pieles iban también pintadas en varios colores y sus motivos eran también geométricos.

En su religión se señala la existencia de un dios supremo llamado gamakia.
Rara vez se le rogaba directamente sino que se dirigían a los espíritus de los antepasados, para que intercediesen, este dios supremo tenia esposa, de nombre gamkiatsm y también había otros dioses. Un genio del mal recibía el nombre de gualichu el cual enviaba la enfermedad y la muerte. Los muertos se inhumaban en cuevas en las montañas en posición encogida retobados en un cuero y con la cara hacia el poniente.

martes, 8 de julio de 2008

Sobre el concurso pasado



Esta es la nota que escribí a cuento del viaje de los ganadores del concurso que tuvo como objeto de estudio a la Ruta del Adobe, en Catamarca.
Fue un hermoso viaje lleno de camaradería y varias charlas y cuasi-homenajes.


"El hornero es un ave pequeña: mide entre diecisiete y veintidós centímetros de largo y pesa unos setenta y cinco gramos. Sus alas son cortas y redondeadas. Pertenece a la especie Furnarius y hay varios tipos: el rojo, el albañil y el de copete. Se lo llama Casero en Tucumán y Entre Ríos; caserito en Santiago del Estero y Catamarca y aloncito en Corrientes. Durante la estación lluviosa construye un nido en forma de horno, con una abertura lateral y las paredes de este nido están formadas por barro, mezclados con pajitas, ramas y otras minucias. Una vez que endurecen, estos hogares son tan sólidos que permanecen en buen estado a pesar de hallarse a la intemperie. De esta forma, las parejas permanecen en el mismo nido, de una estación a otra. El hornero, entonces, construye con adobe, usa una tecnología única, sostenible y sustentable. Hace lo que puede con lo que tiene, y lo hace bien. ¿Se habla en las facultades de arquitectura e ingeniería de este sistema antíquísimo de construcción?

En agosto del año 2000 el director de esta revista propone al responsable de esta sección Arq. Guillermo Tella hacer un concurso de ideas para estudiantes. La premisa era que los jóvenes vinculados al sector de la construcción debatan ideas sobre el desarrollo del territorio nacional, piensen en las tecnologías apropiadas para construir y proyecten más allá de sus ciudades y claustros de estudios. Con esos postulados, cada año se eligen lugares alejados de los grandes centros urbanos y se proponen ideas para su desarrollo que estén integradas al entorno.

En este viaje en particular se tomó como centro a la Ruta del Adobe, ubicada entre las localidades de Tinogasta y Fiambalá, al oeste de la hermosa provincia de Catamarca. Su nombre deriva de las construcciones que allí se encuentran y que, antisísmicas y atérmicas han sobrevivido al paso de los siglos. Son Iglesias, parajes, poblados y caseríos.
La estadía la realizaron los ganadores del concurso del año pasado, Juan José Gómez, Melisa Carbel y Gabriela Brito (participantes del Nivel Superior, recientemente egresados de la Universidad Nacional de Córdoba) y Germán Gómez y Alejandro Amorós (participantes del Nivel Inicial, Maestros Mayores de obras y estudiantes universitarios, egresados del Colegio San José de San Juan), acompañados por el profesor del Colegio Guillermo Roco.

Yo tuve la alegría de acompañarlos representando a la revista como patrocinadora del concurso y lo que vi me llenó de emoción: estos profesionales, hasta hace pocos meses eran todos estudiantes y ganaron un concurso absolutamente austero y solidario, mostrando así su compromiso con el país. Una vez en Catamarca, mostraron sus ideas a toda la comunidad y sus representantes. A saber: Audiencia con el Gobernador Ing. Brizuela del Moral y sus colaboradores: Ministro de Educación Ing. Eduardo Galera, Ministro de Obras Ing. Juan Acuña y Subsecretario de Infraestructura Ing. Marcelo Zanotti; Intendente de Fiambalá Don “coco” Quintar y de Tinogasta Simón Quintar, representantes del ejecutivo (áreas de turismo y producción) y como colofón dieron una charla en la legislatura catamarqueña frente a legisladores nacionales y provinciales.



Fue éste quizás el momento más especial de todo el viaje, porque frente a un colmado auditoirio lleno de personajes importantes de la política, la cultura y la sociedad de la provincia los ganadores del concurso expusieron con mucha firmeza y pasión sus ideas. Antes de la disertación, la Senadora tinogasteña Silvina Tello le dijo a Alejandro: “bueno, ahora hablan ustedes, yo sólo voy a escuchar” y Alejandro sintió ese nerviosismo que se percibe cuando uno está frente a un desafío.
La postura, convicción, sanidad y pureza con la que los ya ex estudiantes contaron cómo debe valorarse la Ruta del Adobe hizo que este concurso cumpla con creces lo planteado en su espíritu: que se hable de lo que no se habla, que alguien diga lo que nadie dice, que se piense en lo que nadie piensa. El adobe, en este caso. Y la devolución de la Senadora Ma. Colombo resumió lo que todos pensábamos: se trató de una propuesta integral, y ese es el valor agregado de los nóveles profesionales.



El 9 de Julio de 1953 Fray Mamerto Esquiú, orgullo de todos, brindó su famoso sermón de la Constitución, en donde predicó por la paz y la concordia entre todos los Argentinos. Creo que viene bien lo propuesto por Germán, Alejandro, Juan, Melisa y Gabriela: ser humildes, como Fray Mamerto, para construir tan bien como el Hornero"
Por José Carmuega