La sorpresa, ese breve estado emocional que si es agradable uno luego recuerda con mucho cariño.
Es muy importante sorprender al otro, hacer lo que no se espera, sorprender al mundo.
Una flor, un poema, ponerle un poco más de amor a las cosas. Dar más de nosotros de lo que los demás esperan.
Archibald fue un físico estadounidense que murió el año pasado. Hizo grandes avances en la ciencia, tenía casi 100 años. Hay una frase que anda dando vueltas por ahí, quizás muchos la conocen, que dice que "Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día"
Podríamos llevar siempre un cuadernito en donde anotemos las cosas que nos van sorprendiendo y mirarlo a fin de año, a ver cuántas lindas sorpresas tuvimos.
¿Por qué hablo de esto? Porque eso de ser sorprendido gratamente es lo que siento en cada viaje del concurso. Y por qué no nombrar la serenata que nos brindó el Padre Luis y su amigo al entrar en el comedor parroquial.
La sorpresa resignifica todo, cambia todo. Es como el amor. Es más, el amor es una sorpresa. Una vez que uno se sorprende, nada es lo mismo, la vida cambia.
Aquí la foto del mediodía del sábado 13 de Junio, cuando el Padre Luis irrumpió con su guitarra en la parroquia de Olta para cantarnos.
